martes, 31 de mayo de 2011

Yonki del amor



"No importa de qué lado de la cámara estés, ya lo has vivido todo."

Déjame que te explique una cosa. Hace poco durante una clase en la facultad de Filosofía (a veces voy allí, porque me veo a mi mismo más guay si atesoro momentos en este tipo de sitios...) durante una charla sobre los medios audiovisuales y la manipulación, el ponente nos abofeteó con el siguiente comentario: "los valores se adquieren mediante la experiencia emocional". Resulta que llevamos años viendo cine y televisión sin usar preservativos, dejándonos enfermar por los medios de transmisión comunicación durante mucho tiempo, y lo peor de todo es que no nos estábamos dando la más mínima cuenta.

Que ya lo se, que hilo fino mis tapices argumentales, ahora te pongo un ejemplo para que lo entiendas: seis y diez de la madrugada, tú vas regulero de camino para casa (como no te ha dolido el ridículo que has hecho esta noche bailando Judas cual monster, no te van a doler las piernas) y cuando pasas por delante del Open25  te paras a mirar la escena dantesca para verte rodeado de walkers pegados a teléfonos móviles y trozos de pizza. Si tienes suerte, alguna rubia hay por ahí llorando. La culpa no la tienen ellos, pobres, la culpa la tiene Federico Moccia, Katherine Heigl y Jennifer Aniston. La culpa la tiene el chute romántico que te has metido desde Pretty Woman hasta Perdona Pero Quiero Casarme Contigo, que no sólo te han enseñado que el amor le sucede a todo el mundo y que los finales felices son sólo historias sin acabar, sino que te han hecho vivir la experiencia: oh maravilloso Noa, que estuvo escribiéndote cartas que tu madre saboteó y ahora que tienes alzheimer se interna contigo en el geriátrico apestoso abandonando a sus hijos, para recordarte lo cool que erais de jóvenes. Tú puedes distinguir realidad de ficción, pero tu cerebro no, segregando la feniletilamina correspondiente, que procesada te ha llevado a adquirir el valor de la generosidad amorosa a través de esa imagen donde Noa le limpia la baba que le cae a su esposa de su labio senil. Se acaba la película, se activa tu deseo: necesitas reexpirementar la sensación, esta vez a ser posible, sin cristal de por medio. Oficialmente, eres un yonki.

No hay comentarios:

Publicar un comentario