Porque la soledad es una actitud.
Porque me has hecho llorar esta tarde.
Porque me faltaba el tiempo y me sobraba la ropa.
Porque cuando me siento bien tengo miedo.
Porque se me acabó la batería.
Porque nunca te lo digo, y si te lo dijese, nunca te lo diría lo suficiente.
Porque éramos tres y yo no contaba con el tiempo.
Porque me daba pereza.
Porque no se qué es peor señal, ser cada vez más exigente, o serlo cada vez menos.
Porque todo a lo que le doy uso terapéutico es malo (el tabaco, pasear mientras llueve, este blog,...).
Porque tengo una cicatriz y no paro de tocarla.
Porque a ratos pienso que fue una suerte y a ratos pienso que fue una desgracia.
Quien diga que no se arrepiente de nada miente. Porque hay lecciones que no se necesitan aprender.
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