martes, 23 de octubre de 2012

Me río en la cara del peligro



Llámalo Otoño en Badayork, llámalo aburrimiento existencial, pero útimamente estoy de un ñoño que me regurgito. En semejante estado flotante no puedo más que ver monadas a mi alrededor, todo me provoca una ternura de parada cardiorespiratoria... Porque todavía hay gente que hace emoticonos manualmente, que busca "google" en google, gente que se come la nata de su mocca blanco antes de bebérselo y que se quedan parados en los escaparates de las tiendas de animales. Gente que sonríe sola por la calle, que llora disimuladamente en el cine y que se matan de risa cuando se tropiezan en público o se dan cuenta de que están equivocados. La gente puede ser increíblemente achuchable hasta la asfixia. Por eso me matan los humanos que va en contra de los humanos: parcas que te consumen la energía con su negatividad, que vacían de oxígeno las habitaciones con sus opiniones y que no rellenan de agua las cubiteras después de usarlas.

Los parásitos del buenrrollismo son muy fáciles de identificar. Incívicos cohabitantes del espacio se manifiestan a través de una gran boca por la que emiten sonidos guturales de desprecio hacia todo, sonidos cansados, machacones. Suelen ir acompañados de un atril para dar sus ponencias, porque son el parásito más generoso que existe, y quieren hacerte partícipe de su saber y de su modo de vida infeliz pero "realista". La máxima expresión de estos ejemplares son los que elevan su idiotez un nivel más allá: los que no solo están en contra de sus iguales, sino que proporcionan más desprecio a los que más se parecen a ellos. No hace falta que te hable de mujeres machistas, homosexuales homófobos que machacan a "locas" o "camioneros" o extremeños conversos. A veces las cosas son lo que parecen, a veces la gente lo único que quiere es ser feliz, y a mi cada día me cuesta más enfadarme, cada día me cuesta más tomarme la vida en serio, cada día que pasa intento ser más iluso que el anterior, porque con todo lo presumido que soy, con todo lo correcto que quiero parecer y en definitiva, con todo lo que quiero controlar mi imagen, viendo mis fotos tengo que reconocer que en las que salgo más orcotrol, son las de las mejores noches. Relájate y disfruta, pollo.